Muriendo ya (epílogo complejo)

Tengo aquí algo raro,
doctor,
que me mueve el pecho
a izquierda y derecha.

Tengo aquí, en la mano,
amor,
lo que te iba a decir
si hubieras venido.

Tengo aquí, en la frente,
un sopor,
que me dice que faltan
dos días, apenas, y me voy.

Tengo aquí, en la lengua,
el candor,
que deja en los dientes lo dicho,
que deja la risa en los vasos.

Tengo aquí, en la almohada,
el dolor,
de la lágrima vieja recién nacida
de la ilusión de cerrar el libro.

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